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CALLE BOLIVAR - SUCRE
Como reacción al periodo colonial, muchas calles de la ciudad de Arequipa, después de jurada la independencia nacional, cambiaron de nombre por otro más acorde con el nuevo orden republicano. De ahí los nombres de Bolívar y Sucre, en memoria de ambos libertadores de Perú.
En la calle Bolívar sobresale la casona Pastor, que actualmente ocupa el Consejo Regional de Arequipa y, a continuación, se encuentra el local donde funciona el diario “Correo”. En la misma calle se ubica también la estación de bomberos.
Mientras tanto la calle Sucre adopta ese nombre en recuerdo del libertador Antonio José de Sucre que estuvo de paso por Arequipa entre agosto y setiembre de 1823.
Otro personaje que vivió en la calle Sucre fue el astrónomo y magistrado Hipólito Sánchez Trujillo. En el zaguán de la casa, donde hoy funciona un Colegio, luce una placa recordatoria indicando que allí vivió el astrónomo arequipeño, autor del libro “Efemérides Astronómicas” (1857), donde señalo los novilunios, plenilunios, cuartos crecientes, menguantes y eclipses, desde 1856 hasta el año 2000.
Según Guillermo Zegarra Meneses, Sánchez Trujillo pasaba sus horas libres, encerrado en un observatorio de su casa de Lacalle Sucre,” en atenta, en religiosa observación de los cielos”.
Allí también hay un local que en los años treinta fue considerado uno de los mejores hoteles de la ciudad. Me estoy refiriendo al famoso Hotel Sucre, ubicado en la esquina de las calles Puente Bolognesi y Sucre. Actualmente funciona allí una pollería, sin el mayor atisbo de que antes fue un hotel de lujo, con bar, comedor, habitaciones confortables y en donde era común ver a los huéspedes luciéndose en los balcones del hotel frente a la calle Sucre. Allí se alojaron las hijas del presidente Leguía, cuando visitaron Arequipa en 1928. También el poeta Martin Adán y el ex presidente David Samanez Ocampo, entre otros personajes de la política nacional.
FUENTE:
Arce Espinoza,
Mario Rommel (2012) Calles, plazas y
puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
CALLE SANTO DOMINGO
La calle Santo Domingo es espacio representativo
dentro del centro histórico que tuvo diversas denominaciones en sus cuatro
cuadras como: la primera que se denominó “del Rosario”, la segunda como “Santo
Domingo” por la iglesia de igual nombre pero de convento denominado como San
Pablo Apóstol de la orden de los dominicos, la tercera “Recogidas” y la cuarta “Calle
Nueva” para el siglo XIX.
En esta calle son varios inmuebles declarados patrimonio cultural de la
nación de estilo barroco y neoclásico de arquitectura civil doméstica, como el
inmueble de la calle Santo Domingo 100 esquina San Juan de Dios 200 - 200 A -
202 - 202 A - 204 – 206, donde funciono la “Botica del Pueblo”, 313 casa
Cornejo (sede de la Asociación de Ex
Alumnos del Colegio Independencia Americana de Arequipa,) y Calle Santo Domingo 315 esq. Pasaje
Pizarro 119-121-121 A.
Otro inmueble a destacar de “Don
Francisco Gómez de la Torre adquirió en 1903 a doña Manuela Bueno de la Torre,
la casa situada en la calle Santo Domingo 308”, el mismo que nació en Arequipa
el 24 de julio de 1865, en una casona de sello colonial de la calle La Merced
en pleno centro histórico de la ciudad, en el local que hoy ocupa el Museo de
la Universidad Católica de Santa María. Sus padres fueron Luis Gómez de la
Torre e Ignacia Pereira. La generación Francisco Gómez de la Torre se
planteó el reto de alcanzar la regeneración moral del país, después de la
infausta guerra del Pacifico. Junto con otros Arequipeños. Participó
activamente en la liberación de Tacna y Arica.
En el hogar, en el foro, en la tribuna,
en el aula, vivió enseñando. A causa de una violenta bronconeumonía falleció en
su vieja casona de Santo Domingo, el 8 de febrero de 1939.
Los valores que guiaron su vida, el
ejemplo que significó para las nuevas generaciones que el género con verdadera
vocación de maestro, su búsqueda de la justicia y la verdad, hicieron del
ejercicio de su profesión de abogado un verdadero apostolado, la profunda
emoción social que puso de manifiesto en las campañas que libro a favor de la
causa obrera en Arequipa, sumado a ello, un auténtico patriotismo comprometido
con los grandes ideales que inspiran la patria, son la mejor demostración de la
calidad humana y profesional de Francisco Gómez de la Torre.
Así mismo destaca por su imponente
arquitectura el convento de San Pablo Apóstol y la iglesia de Santo Domingo que
fundado por Fray Pedro de Ulloa, hacia 1539 de estilo Barroco
Fuente:
Arce Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles, plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
Tomasio Bouroncle, María Eugenia (2015) Cuarenta y
nueve manzanas. Arequipa: s/ed.
https://www.muniarequipa.gob.pe/
CALLE SAN CAMILO
La ciudad de Arequipa durante mucho tiempo no tuvo un mercado de abastos propiamente dicho. La Plaza Mayor de la ciudad fue el lugar donde se ubicaron los vendedores de productos de uso doméstico. Y fue por esa razón que se acostumbró la gente a decir que iban hacer la plaza, cuando se referían a la compra de los insumos para cocinar. En efecto, en los grabados y fotos de Arequipa en el siglo XIX, se puede apreciar a la Plaza Mayor convertida en un centro de abastos.
La necesidad de contar con un mercado central hizo que en lugar del destruido templo de San Camilo se establezca allí la plaza del mercado que fue inaugurada el 6 de enero de 1881, con el nombre de la orden religiosa establecida en ese lugar desde 1756. “La Bolsa” del día siguiente anuncio así la noticia: “Allí se estrenó la plaza del mercado (San Camilo) por gestión del Prefecto y Jefe Superior. Pedro A del Solar.
Los primeros religiosos camilos llegaron a a Arequipa en 1756 y ocuparon los terrenos donados por Pedro Silva y José Gonzales de la Fuente Pacheco. Allí construyeron la Iglesia de San Camilo, la cual fue bendecida el 17 de julio de 1817, después de 15 años de trabajo.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles,
plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
EL PARQUE DUHAMEL, ANTES BOLOGNESI
La gestión municipal de Luis Cáceres Velásquez recupero el parque Duhamel para la ciudad, remodelándolo.
Lleva ese nombre por el sacerdote lazarista Hipólito Duhamel. Sus discípulos, entre ellos el notable pensador peruano Víctor Andrés Belaunde y el primer cardenal del Perú Juan Gualberto Guevara, fueron quienes abogaron para erigirle un monumento.
Pero antes de él estuvo el coronel Francisco Bolognesi Cervantes fue comerciantes y luego entró a servir al ejército. La guerra del Pacifico lo encontró retirado de la actividad militar. Sin embargo, no dudo en volver al ejército y empuñar nuevamente las armas para defender la integridad territorial del país.
La niñez de Bolognesi transcurrió en la casona familia ubicada en la calle Sucre, donde nació su madre Juana Cervantes de Bolognesi. Una mujer emprendedora que caso en Arequipa con el músico Italiano Andrés Bolognesi. Una mujer emprendedora que caso en Arequipa con el músico italiano Andrés Bolognesi. Se dedicó al comercio y tuvo tienda a la calle, en otra casa suya ubicada en la esquina de las calles Villalba y Puente Bolognesi (antes Puente Real o Puente Viejo). Este lugar y la calle mercaderes fueron los centros comerciales más importantes en aquella época.
El colegio – seminario del padre Duhamel fue al igual que el Colegio San José de los padres jesuitas, dos de las instituciones educativas más importantes de la ciudad a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Sobre el particular, el sacerdote jesuita norteamericano Jeffrey Klaiber dice lo siguiente: “De especial importancia en la vida de Arequipa fue la obra del Padre Hipolito Duhamel, que radicaba en la ciudad mistiana desde 1880. El colegio – seminario fundado por el formo a muchos hijos de las clases medias y altas de Arequipa, entre quienes se destaca la figura de Víctor Andrés Belaunde”.
Razones más que suficientes para que sus discípulos gestionaran un monumento de homenaje a su labor pedagógica en la ciudad.
Se sabe también que transitoriamente ocupo ese espacio el busto del poeta mártir Mariano Melgar, de cuyo monumento en el parque del mismo nombre nos ocuparemos en otro artículo.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles,
plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
La Plaza Mayor
(Español)
El corazón de la ciudad es su Plaza Mayor, a partir de la cual comienzan las calles en línea recta, tal como fueron trazadas desde la fundación española de Arequipa, lo que hoy constituye el centro histórico de la ciudad. Nuestra Plaza Mayor ha sufrido cambios a través de la historia colonial y republicana de Arequipa. Pero lo que no ha cambiado ha sido su significado histórico, como escenario de sucesos que forman parte de la historia nacional. También fue llamada Plaza de Armas, porque allí se realizaron los desfiles cívicos y militares de la ciudad. En el siglo XIX, los portales alrededor de la plaza lucían un solo piso. El mercado de abastos funcionaba allí mismo. Y en ese mismo lugar fue fusilado el general Felipe Santiago Salaverry, el 18 de febrero de 1836, luego de ser derrotado por el general Santa Cruz en la batalla de Socabaya. Igual suerte corrió el general venezolano Trinidad Morán, quien fue fusilado en la Plaza de Armas por orden de Domingo Elías, a raíz de la guerra civil entre el presidente José Rufino Echenique y el general Ramón Castilla. Era el año de 1854. En el siglo XX, fue escenario del movimiento popular de junio de 1950. Allí cayó abatido el joven abogado Arturo Villegas Romero, cuando portaba bandera blanca. Una placa de bronce ubicada en el perímetro de la plaza recuerda ese hecho histórico. Rodean a la plaza tres portales cuyos nombres son los siguientes: Portal de San Agustín, Portal de la Municipalidad y Portal de Flores. El primero en referencia a la Universidad Nacional de San Agustín, fundada el 11 de noviembre de 1828, y que funcionó en la calle del mismo nombre. El segundo lugar porque allí funcionó el local del cabildo, ayuntamiento o municipio desde la época de la Colonia. En tanto que el Portal de Flores lleva ese nombre en recuerdo del Alférez Real Juan Flores del Campo, fundador de Camaná, cuyo solar quedaba precisamente frente a la Iglesia de la Compañía en Arequipa. Claro que no siempre tuvieron el mismo nombre. Juan Guillermo Carpio Muñoz refiriéndose al tema señala que antiguamente el Portal de Flores se llamó del Regocijo, porque allí tenían lugar las actuaciones y celebraciones públicas, mientras que al frente, en el Portal de San Agustín, antes llamado de las Delicias, se ubicaban las vivanderas, pasteleros y vendedores de colaciones y golosinas. El Portal de la Municipalidad también recibió el nombre de la cárcel, porque hizo las veces de local de prisión de la ciudad. También tuvo el nombre de 28 de Julio, en homenaje al día de la independencia nacional. La catedral es igualmente otro ícono de la ciudad de Arequipa. Su historia atraviesa por varios periodos marcados por incendios y terremotos que fueron mejorando su construcción. Otro personaje de leyenda que se ubica en el centro de la plaza es el “Tuturutu”, testigo de excepción de parte importante de nuestra historia colonial y republicana.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles,
plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
(English)
The heart of the city is the Plaza Mayor, from which the streets begin in a straight line, as they were drawn from the Spanish foundation of Arequipa, which today constitutes the historic center of the city. The Plaza Mayor has undergone changes through the colonial and republican history of Arequipa. But what has not changed has been its historical significance, as a scenario of events that are part of national history. It was also called Plaza de Armas because there the civic and military parades of the city took place. In the 19th century, the portals around the plaza had a single floor. The supply market worked right there. And in that same place, general Felipe Santiago Salaverry was shot on February 18, 1836, after being defeated by General Santa Cruz at the battle of Socabaya. Likewise, Venezuelan General Trinidad Morán ran the same fate, who was shot in the Plaza de Armas by order of Domingo Elías, following the civil war between President José Rufino Echenique and General Ramón Castilla. It was the year of 1854. In the 19th century, the portals around the plaza had a single floor. The supply market worked right there. And in that same place, general Felipe Santiago Salaverry was shot on February 18, 1836, after being defeated by General Santa Cruz at the battle of Socabaya. Likewise, Venezuelan General Trinidad Morán ran the same fate, who was shot in the Plaza de Armas by order of Domingo Elías, following the civil war between President José Rufino Echenique and General Ramón Castilla. It was the year of 1854. In the twentieth century, was the scene of the popular movement of June 1950. There fell down the young lawyer Arturo Villegas Romero, when he carried a white flag. A bronze plaque located on the perimeter of the square recalls that historical fact. Surround to the square three portals whose names are the following: Portal of San Agustín, Portal of the Municipality and Portal of Flores. The first in reference to the National University of San Agustín founded on November 11, 1828, and that worked in the street of the same name. The second place because there worked the local council, town hall or municipality from the time of the Colony. While the Portal de Flores takes that name in memory of the Real Ensign Juan Flores del Campo, founder of Camaná, whose plot was just opposite the Church of the Company in Arequipa. Of course, they did not always have the same name. Juan Guillermo Carpio Muñoz, referring to the theme, points out that the Portal de Flores was formerly known as the Regocijo, because public performances and celebrations took place there, while at the front, in the Portal de San Agustín, formerly known as Delicias, were located the vivanderas confectioners and vendors of snacks and sweets. The Portal of the Municipality also received the name of the jail, because it served as the prison of the city. It also had the name of July 28, in tribute to the day of national independence. The cathedral is also another icon of the city of Arequipa. Its history goes through several periods marked by fires and earthquakes that were improving its construction. Another personage of legend that is located in the center of the square is the "Tuturutu", an exceptional witness of an important part of our colonial and republican history.
SOURCE:
Mario Rommel Arce Espinoza. Streets, Squares and Bridges of Arequipa. Arequipa, 2012.
Casa del Capitán Realista José Telaya y Reguera
La fundación de la Universidad en
la ciudad de Arequipa ofrece dos períodos históricos claramente diferenciados.
En ambos resaltan con nitidez los esfuerzos
desplegados por instituciones y por la intelectualidad arequipeña interpretando
los anhelos de una ciudad llamada a ser, en la República, el faro de la
libertad y de la ley.
En la primera etapa fueron los
Padres Dominicos quienes, después de arduas y constantes gestiones, lograron
que el rey Felipe V concediera Licencia de Universidad Real y Pontificia “Intra
Claustra” en el Convento de Santo Domingo, por cédula de 22 de enero de 1714,
la que quedó inaugurada solemnemente en 1719 y que luego paralizó su vida por
no poder el Convento sostenerla, según aparece en el trabajo del recordado
maestro arequipeño don Federico M. Ugarte, publicado en la Revista
Universitaria en 1929.
Más tarde es la Comunidad
Mercedaria que siempre anduvo rivalizando con los Dominicos y Jesuitas en
propagar la instrucción, que en el Capítulo Provincial de la Orden, celebrado
en esta ciudad en el mes de Julio de 1765, acordó la fundación de un Colegio
Real y la Universidad Pontificia constituida según las normas de la célebre
Universidad de Alcalá de Henares, tal como aparece de los Documentos para la
Historia de la Universidad del historiador arequipeño Padre Víctor M. Barriga
publicados en la Revista Nro. 37 de la UNSA. Lamentablemente el expediente
inicial se perdió en las Oficinas de Cámara y los trámites quedaron paralizados
La segunda etapa corresponde a las
gestiones y esfuerzos realizados por las instituciones y comunidad toda en los
años inmediatos a la proclamación de nuestra independencia política. Un hito
fundamental lo constituyó la fundación de la Academia Lauretana el 10 de
diciembre de 1821 en el templo de la Compañía, consagrada a la Santísima Virgen
de Loreto y en la que se conjuncionaron las más brillantes personalidades del
clero y la civilidad, comulgando con el espíritu libertario de la Patria que
emergía con ideas renovadas.
La larga gestión de la institución
universitaria, fue abonada por el Libertador Simón Bolívar, el que, a su paso
por el sur del Perú hacia el Alto Perú, recogiendo el clamor de la ciudadanía,
en su Cuartel General en la Ciudad de Puno, el 6 de agosto de 1825, por
intermedio del Secretario General interino don Felipe Santiago de Estenós, hizo
llegar al señor Prefecto de Arequipa, don Antonio Gutiérrez de la Fuente, una
ordenanza para la constitución de los establecimientos de ciencias y artes,
salubridad pública y demás, que contribuyan al adelantamiento y felicidad del
Departamento. Como puede apreciarse de este único documento, pues no existe ni
se conoce un Decreto propiamente expedido por Bolívar, creando el Colegio de la
Independencia Americana y la Universidad, sino un encargo en general para la
creación de instituciones de ciencias y artes; el verdadero propulsor de ambas
instituciones fue el prefecto don Antonio Gutiérrez de la Fuente, con el apoyo
y total auspicio de los miembros de la Academia Lauretana, tal como se ve en un
documento de la Secretaría de la Universidad del 12 de noviembre de 1830
publicado en la imprenta del gobierno administrada por Pedro Benavides, que lo
señala como su creador y protector, reconociéndose también el decisivo apoyo
del Gran Mariscal Santa Cruz, quien como Presidente del Consejo de Gobierno,
expidió los decretos más favorables al objeto, habiendo dispuesto la ocupación
de los claustros de los Padres Agustinos como sede del colegio y la
Universidad, le señaló al Cuerpo Docente y le dispensó los fondos
indispensables.
Es así como llegamos al 11 de
noviembre de 1828, en que en una memorable y solemne ceremonia, como queda
registrada en la conceptuosa como emocionante Acta de su fundación, se declaró
instalada la Universidad Nacional del Gran Padre San Agustín del Departamento
de Arequipa. El acto fue realmente impresionante y el solo leer el Acta de
fundación, sobrecoge el espíritu de ver juntos tanta calidad humana y goce
ciudadano, hasta llegar a las lágrimas por la creación de este “Templo del
Saber”, de esta casa de Estudios Superiores que tanto se hizo esperar y que
llegó en el momento preciso en que la nacionalidad irrumpía triunfante con
nuevos y vigorosos aires republicanos y empezaba un amanecer de ideales y
triunfo de la inteligencia sobre el obscurantismo dogmático; de la vida y de la
ciencia sobre la ignorancia adormecida.
La Universidad advino conjuntamente
con la Patria Libre. Desde aquella fecha memorable, 11 de noviembre de 1828,
hasta el momento, nuestra Universidad, al igual que las del resto del país, ha
pasado por crisis institucionales, conflictos, convulsiones, vicisitudes,
marchas, contramarchas, fracasos, éxitos, intervenciones de agentes extraños y
permanente lucha y agonía en defensa de su autonomía. Las experiencias vividas
en pos de importantes reformas y transformaciones de la Universidad Peruana y
la madurez histórica nos permiten encarar con el más absoluto realismo, el
diseño, la estructura y la organización de un nuevo modelo de la Universidad
Peruana y concretamente agustina, por las circunstancias que le toca vivir al
Perú que son decisivas para dar el salto trascendental de nuestra independencia
económica, tratando de consolidar nuestra libertad política y nuestra
personalidad cultural.
Felizmente existe consenso
comunitario universitario, como decisión institucional de las Autoridades
académicas, de sus bases profesores, estudiantes y trabajadores administrativos
para un sostenido, responsable y ponderado esfuerzo para cumplir con tan
patriótica y elevada misión.
La casa ubicada en la esquina
formada por las calles Santa Catalina y del Moral, actualmente donde funciona
el Rectorado de la Universidad Nacional de San Agustín, esta signada con el
número 117 de la Calle Santa Catalina, fue adquirida por la Universidad en el
año de 1961, siendo rector de la casa de estudios el Dr. Javier Mayorga
Goyzueta y el anterior dueño el Dr. Alberto Rey de Castro de López de Romaña.
El predio ocupa un área de 1945.08
m2, la fábrica original data del siglo XVIII, la que fue modificada a causa de
los terremotos de 1784 y 1868, que es como hoy la conocemos, es la típica
casona solariega, con zaguán de ingreso y los patios conectados a través del
chiflón, sumado a esto esta casona fue modificada con respecto a la forma
original, introduciendo un ambiente previo al chiflón original, en este
contexto, la sala donde se realizan las sesiones de concejo universitario, fue
modificada luego del terremoto de 1868, pues en dos de sus muros se
reconstruyen con albañilería de sillar y se le coloca una cobertura plana,
hecha con rieles, sillar y posteriormente con concreto armado de la época.
La casona
es intervenida de manera completa en el año de 1988 al 1990, la intervención
considera la puesta en valor y se recuperan los espacios tal como los vemos
ahora, en este asunto la sala de sesiones, es intervenida con gran acuciosidad,
es donde se incorpora la carpintería de madera moldurada y el artesonado del
techo, también se entronizan los retablos de madera tallada de los personajes
de la historia Nacional y Local, como lo son ; el Deán Juan Gualberto Valdivia,
María Parado de Bellido, José Quimper y otros.
PUENTE GRAU
Puente
Grau en 1930 - Archivo
fotográfico de Martín Chambi
El Puente Grau fue construido entre 1884 y 1898, contando con más de un siglo de existencia al servicio de Arequipa. Su constructor fue el arquitecto Juan Rodríguez. En 1884, y según la memoria municipal de ese año, se adjudicó la obra del “Puente Grau” a los señores Juan Rodríguez y Manuel H. Prado, quienes se comprometieron a hacerlo por 11,985 soles, comprendiéndose solo la mano de obra, pues los materiales debía proporcionarlos el Concejo. “(…) el contratista de la obra del puente, D. Juan Rodríguez, es digno de todo aplauso, no sólo por la buena ejecución de la obra, cuyas condiciones ha mejorado relativamente a las estipuladas, sino también por el patriótico desprendimiento con que ha hecho gastos que no eran de su obligación, y rebajas considerables en los precios de las obras accesorias”, informó el 28 de diciembre de 1885, Luis Llosa, quien era, por entonces, alcalde accidental de Arequipa. En su memoria el alcalde Luciano Bedoya observaba que para “el trabajo del puente se ha hecho contratos parciales, por no haberse levantado el presupuesto general de la obra, y de aumento en aumento, y con frecuentes modificaciones se va llegando a un término tal vez inesperado”. En efecto, afirmaba que el “contrato principal, fue sólo de la mano de obra de tres arcos, de cierta altura; después se aumentó un arquillo; luego se trató de los alares; en seguida de aumentar la altura de los machones; y, así, de los muros de retén, del arco invertido, etc.”
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles,
plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
SAN LÁZARO, EL PRIMER BARRIO TRADICIONAL DE AREQUIPA
El barrio más tradicional de Arequipa es, sin duda, San Lázaro. Allí se apostaron los primeros españoles antes de 1540, de ahí la idea equivocada que en ese lugar se fundó Arequipa. Al descubrimiento siguió la conquista y con ella la guerra civil entre los conquistadores, en su lucha por el poder. En efecto, la guerra entre Pizarro y Almagro, por la disputa del Cusco, terminó el 6 de abril de 1538, festividad de San Lázaro, con la muerte de Almagro en Las Salinas. Esta fue la causa de que algunos soldados pizarristas llegaran al valle de Arequipa en 1539 y se establecieran en el asentamiento de los indios Yarabayas de origen puquina. Allí levantaron la primera ermita a la que bautizaron con el nombre de San Lázaro en homenaje a la batalla de Salinas. Es decir, que antes de la fundación española de Arequipa, en agosto de 1540, ya había presencia de varios españoles en el valle del Chili. Aquí también se preparó la expedición dirigida por Pedro de Valdivia para conquistar Chile, habiendo sido los naturales del asentamiento denominado “San Lázaro” los que prestaron sus servicios como guías y cargueros. En San Lázaro, entonces, fue el lugar donde se establecieron los primeros españoles que llegaron al valle de Arequipa en 1539. El hoy barrio de San Lázaro muestra antiguas construcciones de sillar, sus pasajes son una invitación a la imaginación y fantasía, sus estrechas calles adornadas con pintorescos y coloridos maseteros conservan el encanto de la arquitectura colonial y republicana de Arequipa. El entorno comprende también un pequeño templo y su plaza de Campo Redondo, en referencia a Pedro Anzures de Campo Redondo, jefe de la expedición fracasada contra los chunchos en la zona del altiplano. En San Lázaro nació Benigno Ballón Farfán. Fue el músico más popular que tuvo Arequipa, y como pocos supo interpretar el alma de su pueblo. San Lázaro es un lugar turístico, por la belleza de su conjunto arquitectónico. Solo el caminar por sus calles ya es una experiencia inolvidable. Se puede sentir la emoción de otros tiempos, el entusiasmo que provoca el pasado lleno de evocaciones y recuerdos, como si el tiempo se hubiera detenido para recordarnos los orígenes de la presencia española en Arequipa.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles,
plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
CALLE LA MERCED
Según el arquitecto Fernando Belaunde Terry, dos veces presidente del Perú, fue una de las más hermosas calles de la ciudad de Arequipa. Sus casonas muestran un variado estilo colonial y republicano, que muestran una particular belleza en la concepción arquitectónica de sus diseños. Allí vivieron en distintas épocas las familias más tradicionales de Arequipa y también fue escenario de sucesos políticos de importancia local y nacional. En la primera cuadra lucen imponentes fachadas las casas que en otro tiempo pertenecieron a las familias Lira, Gibson y Bustamante y Benavides. También quedó el local del Centro Social Obrero que el 1º de mayo de 1906 celebró por primera vez en Arequipa la fiesta internacional del trabajo. En la esquina de las calles La Merced y Palacio Viejo quedaba la imprenta Quiroz. A su costado funcionó el local partidario de Acción Popular, donde el arquitecto Belaunde protagonizó un levantamiento con barricadas exigiendo la nulidad del proceso electoral de 1962 y la convocatoria a nuevas elecciones generales. En la segunda cuadra está ubicada la casa del que fue obispo de Arequipa y también arzobispo de Lima, José Sebastian de Goyeneche y Barreda. En la misma acera, más abajo, está la casa del corregidor Francisco Abril y Maldonado, que hoy pertenece a la Universidad Católica de Santa María. Ha sido muy bien restaurada y perteneció en el siglo XVIII a Francisco Abril y Maldonado, viejo castellano que ejerció dos veces la Alcaldía de Arequipa, en 1737 y 1755. Al costado está la casona donde nacieron dos hijos ilustres de Arequipa: el prócer José María Corbacho y Abril, y el General Pedro Diez Canseco y Corbacho, tres veces presidente provisional del país. A fines del siglo XIX, fue adquirida por el señor Francisco Cornejo. Su hijo, Gerardo Alberto Cornejo Iriarte, que había estudiado arquitectura en Francia, fue el encargado de realizar el nuevo diseño de la casa. Se trató de un personaje fascinante, de una gran creatividad, que unió a su gran talento una fuerza de espíritu inquebrantable, que lo llevó a realizar las más importantes obras de la ciudad de Arequipa. Vivió en la casa que él construyó y ganó un premio internacional en París, en 1911. Por esa calle también circuló el tranvía eléctrico que iba con dirección a Tingo. Otras familias que vivieron en la calle La Merced fueron los Zenteno Corrales y Ramírez del Villar.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles,
plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
CALLE SIGLO XX
El nombre de la calle anuncia la llegada de un nuevo siglo, que en el caso de Arequipa, entrañó la transformación urbana de la ciudad, como consecuencia del crecimiento poblacional y la necesidad de implementar nuevos servicios; dentro de una concepción moderna de ciudad que dejaba de ser aldea. La calle siglo XX obedece a una nueva concepción urbana de la ciudad. La presencia, en ese lugar, de una nueva cárcel que en su época fue concebida como la más moderna penitenciaría del sur del país, permite afirmar que el nombre de la calle no fue sólo un simbolismo por la llegada del nuevo siglo, sino más bien la reafirmación de una planificación ordenada en el crecimiento de la ciudad. De lejos el personaje más fascinante de la calle siglo XX fue el músico y compositor arequipeño Benigno Ballón Farfán. Autor de muchas piezas musicales que fueron éxito en su época y que hoy, con nostalgia, solemos recordar en las fiestas de Arequipa. Su personalidad resume, en esencia, la idiosincrasia del arequipeño. Fue un hombre activo, alegre y jovial. Su espíritu musical hizo que en todo momento cante a la ciudad, al campo y a las mujeres que conoció en su agitada vida amorosa. En su casa de la calle siglo XX hizo bohemia con Francisco Mostajo, Alberto Heredia Márquez, el “seco” Ponce, profesor de historia del Colegio Independencia Americana, Julio Valdivia (de la funeraria Valdivia), Jorge Huirse (famoso compositor puneño) Guillermo Mercado (el poeta que alcanzó el privilegio de tener mesa propia en la picantería “La Josefa”), y otros más. José y Víctor Dávalos –famosos intérpretes de música arequipeña- compartieron igualmente amistad con él. Cuando ensayaba con su orquesta, frente a su casa se reunía la gente del barrio para verlo ejecutar sus alegres melodías. Era la sensación entre los vecinos que veían al músico hacer derroche de energía y entusiasmo. El “Gordo Benigno” como cariñosamente se referían a él, era un enamorado de la vida.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles,
plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
CALLE MELGAR, ANTES SANTA TERESA
La calle lleva el nombre del poeta arequipeño Mariano Melgar, fusilado por órdenes del general realista Ramírez tras la derrota militar en el campo de Umachiri. Su presencia en el ejército patriota de Pumacahua no fue consecuencia del desengaño amoroso que sufrió por causa de María Santos Corrales, la popular “Silvia “de Melgar. Sus convicciones patriotas, por el contrario, hicieron que apoyara el levantamiento de los Hermanos Angulo y Pumacahua en el Cusco.
Luego cuando el movimiento rebelde se trasladó a Arequipa, estuvo entre los primeros que se plegaron a las huestes rebeldes en el distrito de majes. Hasta allá viajo el poeta con el deseo de sumarse a la causa patriota. Su valor y entusiasmo hicieron que pronto sea nombrado auditor de guerra. Y como tal murió en 1815, pero nos dejó el recuerdo de su figura inmortal y el legado de su obra que en cierta forma resumen la personalidad histórica de Arequipa Republicana.
Tradición e historia encierra la calle Melgar. Varia de cuyas casonas muestran en la parte superior de la puerta principal el año de construcción, unas del siglo XIX y otras de comienzo del siglo XX. Los balcones en algunas de ellas es otro elemento arquitectónico que complementa el estilo colonial y republicano de la calle donde el trajinar diario de la gente se pierde en el tiempo.
FUENTE: Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles, plazas y puentes de Arequipa. Arequipa:
Editorial Andrus.
https://www.muniarequipa.gob.pe/
PLAZA ESPAÑA, ANTES SANTA MARTA
Fue antes la doctrina de Santa Marta, un lugar muy pobre, cuyos habitantes se dedicaron principalmente al comercio. La plazuela que por mucho tiempo llevó su nombre, cambió de denominación a raíz de la condición que exigió el alcalde José Miguel Forga para donar la fuente de Neptuno que actualmente adorna la plaza.
El Palacio de Justicia de Arequipa ocupa el lugar principal de la plaza. Este nuevo local de la Corte Superior de Justicia fue construido en los años 1980. Su moderno diseño arquitectónico contrasta con el uso del sillar y los vistosos vitrales, que fueron obra del artista Teodoro Núñez Rebaza.
En la actualidad la Plaza España es el centro de los abogados y litigantes que a diario acuden a la Corte Superior de Justicia. Alrededor de la plaza se ubican estudios de abogados y notarías que forman parte del entorno. En los últimos tiempos ha sido escenario de manifestaciones políticas y acciones de protesta. El lugar, sin embargo, mantiene ese aire entre moderno y clásico que es su principal característica.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles, plazas y puentes de Arequipa. Arequipa:
Editorial Andrus.
https://www.muniarequipa.gob.pe/
CALLE ZELA
Lleva ese nombre en honor del
patriota tacneño Francisco Antonio de Zela que dio el primer grito de libertad
en el Perú, el 20 de junio de 1811. En esa calle nació el 2 de abril de 1834,
el doctor Francisco García Calderón Landa, autor del célebre “Diccionario de la
Legislación Peruana”, lo que le convierte en un atractivo de valor histórico y
cultural. Actualmente es propiedad del Colegio de Abogados de Arequipa, ubicada
precisamente en la calle del mismo nombre, numero 106. Una placa de mármol
identifica el lugar. Sin embargo, hoy, la casona de la familia García Calderón
luce otro aspecto, como consecuencia de los terremotos del siglo XX y el
rediseño arquitectónico de la misma.
La revista “El Derecho”, órgano del
Colegio de Abogados de Arequipa, informaba en 1934 acerca de los detalles del
inmueble donde nació el jurista arequipeño. Según el redactor, “es una mansión
severa de cal y canto, sin altos, con amplio portón de la calle, algunas
ventanas a la usanza española. Varias pilastras rompen la monotonía de muro y
la cornisa que sobresale no ampara ninguna fecha; pero el edificio ha debido
ser reconstruido después del terremoto de 1868. Por el zaguán se ve un patio de
regulares dimensiones en que ponen su nota algunas plantas. En suma, es –señala
la cronista- una casa análoga a las demás de Arequipa, a las cuales da decoro
la nobleza del material de construcción el sillar”.
FUENTE:
Arce
Espinoza, Mario Rommel (2012) Calles, plazas y puentes de Arequipa. Arequipa:
Editorial Andrus.
https://www.muniarequipa.gob.pe/
CALLE SAN FRANCISCO
(Español)
Allí funcionó el Seminario de San Jerónimo, el centro cultural más importante de las ideas en Arequipa, a comienzos del siglo XIX, cuando era rector el obispo Pedro José Chaves de la Rosa. Allí también se ubicaron el antiguo local de la Corte Superior de Justicia de Arequipa y la prefectura departamental, que en 1883 fue la sede de la Casa de Gobierno, cuando Arequipa fue la capital del país. Juan Guillermo Carpio Muñoz en su trabajo titulado “La nomenclatura de las calles de la Arequipa republicana”, publicado en su colección “Texao. Mostajo y Arequipa”, menciona que la calle San Francisco cambió de nombres entre los años 1825, 1870 y 1888. Antes de 1870, cada cuadra tenía su propio nombre que, según Eusebio Quiroz Paz Soldán, hacía referencia a un edificio representativo o, también, al apellido de alguna familia principal. En ese sentido, los nombres de las cuadras de la calle San Francisco fueron las siguientes: del Seminario, la primera cuadra; del Libertador, la segunda cuadra; de san Francisco, la tercera cuadra; de Las Educandas (hoy Plaza San Francisco). Como recordó el pensador arequipeño Víctor Andrés Belaunde en sus memorias “Trayectoria y destino”, san Francisco fue una calle aristocrática. Allí vivió la familia Martínez Landa, Paz Soldán y Diez Canseco. En la primera cuadra funcionó el Seminario de San Jerónimo, donde se formó la primera generación republicana en Arequipa. En gran parte de su local luego se construyó la sede del Arzobispado. En la tercera cuadra, se ubica la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa y la Biblioteca de Mario Vargas Llosa, que alberga la biblioteca personal del Premio Nobel de Literatura 2010. En la cuarta cuadra de las Educandas, en el siglo XIX funcionó el Colegio de ese nombre, obra del presbítero Jorge del Fierro, que luego del terremoto de 1868 se recompuso, quedando a cargo de las hermanas francesas de los Sagrados Corazones. El nombre de la calle San Francisco responde a la orden religiosa establecida en Arequipa doce años después de la fundación española de la ciudad. La Iglesia de San Francisco luce majestuosa, desde el siglo XVII en que terminó de construirse. Su presencia en nuestra ciudad refuerza el sentimiento religioso de los habitantes de Arequipa.
FUENTE:
Mario Rommel Arce Espinoza. Calles, Plazas y Puentes de Arequipa. Arequipa, 2012.
(English)
There, the Seminary of San Jerónimo, the most important cultural center of ideas in Arequipa, operated at the beginning of the 19th century, when Bishop Pedro José Chaves de la Rosa was rector. There were also located the former premises of the Superior Court of Justice of Arequipa and the departmental prefecture, which in 1883 was the seat of the Government House when Arequipa was the capital of the country. Juan Guillermo Carpio Muñoz in his work entitled "The nomenclature of the streets of the Republican Arequipa", published in his collection "Texao. Mostajo and Arequipa ", mentions that San Francisco street changed names between 1825, 1870 and 1888. Before 1870, each block had its own name that, according to Eusebio Quiroz Paz Soldán, referred to a representative building or the last name of some main family. In that sense, the names of the blocks of San Francisco Street were the following: from the Seminary, the first block; del Libertador, the second block; of San Francisco, the third block; of Las Educandas (today Plaza San Francisco). As the Arequipa thinker Víctor Andrés Belaunde recalled in his memoirs "Trajectory and destiny", San Francisco was an aristocratic street. There lived the Martínez Landa family, Paz Soldán and Diez Canseco. In the first block worked the Seminary of San Jerónimo, where the first Republican generation was formed in Arequipa. In much of its premises, the headquarters of the Archdiocese was built. The third block houses the Mario Vargas Llosa Regional Library and the Mario Vargas Llosa Library, which houses the personal library of the 2010 Nobel Prize for Literature. In the fourth block of the Educandas, in the 19th century the Colegio de name, work of the priest Jorge del Fierro, who after the earthquake of 1868 was recomposed, being in charge of the French sisters of the Sacred Hearts. The name of San Francisco Street responds to the religious order established in Arequipa twelve years after the Spanish foundation of the city. The Church of San Francisco looks majestic, from the seventeenth century when it was finished. Its presence in our city reinforces the religious feeling of the population of Arequipa.
SOURCE: Mario Rommel Arce Espinoza. Streets,Squares and Bridges of Arequipa. Arequipa, 2012
.CALLE PUENTE BOLOGNESI
(Español)
El llamado “Puente Viejo” fue el primero que tuvo Arequipa durante la época colonial. Construido de sillar y calicanto entre los siglos XVI y XVII cruzó el río Chili, uniendo la ciudad con el otro lado de la chimba. Su constructor fue el arquitecto Juan de Aldana y la obra costó un total de 150 mil pesos.
Su importancia fue excepcional, ya que sirvió de paso obligado a los viajeros que venían de la costa hacia la ciudad de Arequipa. Su aspecto de hoy conserva el diseño original de la época colonial, salvo el adoquinado de la pista y las veredas en ambos lados del puente. Las barandas son igualmente modernas en comparación a los muros que muestran las fotografías del siglo XIX. Y también es seguro que los arcos del puente hayan sido reforzados para contrarrestar el paso del tiempo. Como era el lugar de ingreso a la ciudad, existían antes y después de cruzar el puente los llamados tambos, en donde los arrieros y comerciante descargaban sus mercancías que luego ofrecían en venta. El tambo Ruelas y Bronce fueron los más conocidos de la zona. Manuela Bellido, conocida popularmente como la cabezona, a fines del siglo XIX vivía cerca al puente, lugar que luego se conocería como el tambo La Cabezona. La calle Puente Bolognesi lleva ese nombre en honor del héroe peruano del Morro de Arica, Francisco Bolognesi Cervantes, quien sacrificó su vida en defensa de la patria el 7 de junio de 1880. El historiador arequipeño Guillermo Zegarra Meneses refiere que en la época colonial, por el puente Bolognesi ingresaron a Arequipa los virreyes Toledo, el Conde de Lemos, el Marqués de Avilés, Abascal y La Serna. Por allí también ingresó el mariscal Antonio José de Sucre en 1823, en el desarrollo de la segunda campaña de intermedios. Asimismo, el Libertador Simón Bolívar tuvo un recibimiento apoteósico cuando cruzó el puente en mayo de 1825. “El Puente (decía el abogado y archivero Guillermo Zegarra Meneses) pareció que se estremecía cuando este Gran Señor de la Guerra y Organizador de la Paz, lo atravesó con su brillante cortejo, delante de la Primera División del General Lara, entre hurras de la multitud y dianas militares”. En la primera cuadra de la calle Puente Bolognesi vivió el músico arequipeño Manuel Lorenzo Aguirre de la Fuente (1863 – 1951). Fue uno de los representantes de la llamada escuela arequipeña, junto con Luis Duncker Lavalle. En la misma cuadra, bajando a mano derecha, vivió con su esposa María Jesús Rivera, el jurista arequipeño José Luis Bustamante y Rivero, justo en la esquina con la calle Sucre. Es una magnífica construcción con balcones de madera y fierro que miran hacia la calle. En la tercera cuadra no es casual que hallan hasta hoy en día curtidurías. Su proximidad con las curtiembres de Arturo Ibáñez y Pedro P. Díaz hizo que florezca el negocio de la venta de artículos en cuero.
FUENTE:
Arce Espinoza,
Mario Rommel (2012) Calles, plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
(English)
The so-called "Old Bridge" was the first that Arequipa had during the colonial era. Constructed of building block and calicanto between the 16th and 17th centuries, it crossed the Chili River, joining the city with the other side of the chimba. Its constructor was the architect Juan de Aldana and the work cost a total of 150 thousand pesos. Its importance was exceptional since it served as an obligatory step for travelers who came from the coast to the city of Arequipa. Its appearance today retains the original design of the colonial era, except for the paving of the track and the sidewalks on both sides of the bridge. The railings are equally modern compared to the walls shown in the photographs of the nineteenth century. And it is also certain that the arches of the bridge have been reinforced to counteract the passage of time. As it was the place of entrance to the city, there existed before and after crossing the bridge the so-called tambos, where the muleteers and merchant unloaded their merchandise which they then offered for sale. The Tambo Ruelas and Bronce were the best known in the area. Manuela Bellido, popularly known as the Cabezona (big head), at the end of the 19th century lived near the bridge, a place that would later be known as La Cabezona Tambo. The street Puente Bolognesi bears that name in honor of the Peruvian hero of Morro de Arica, Francisco Bolognesi Cervantes, who sacrificed his life in defense of the homeland on June 7, 1880. The Arequipenian historian Guillermo Zegarra Meneses says that in colonial times, through the Bolognesi bridge the viceroys Toledo, the Count of Lemos, the Marquis of Avilés, Abascal and La Serna entered Arequipa. Marshal Antonio José de Sucre also entered there in 1823, in the development of the second intermediate campaign. Likewise, the Liberator Simón Bolívar had an apotheosis reception when he crossed the bridge in May 1825. "The Bridge (said the lawyer and archivist Guillermo Zegarra Meneses) seemed to shudder when this Great Warlord and Peace Organizer, He crossed with his brilliant procession, in front of General Lara's First Division, amid cheers from the crowd and military targets. " In the first block of the Puente Bolognesi street lived the Arequipenian musician Manuel Lorenzo Aguirre de la Fuente (1863 - 1951). He was one of the representatives of the so-called Arequipa school, along with Luis Duncker Lavalle. On the same block, going down on the right, he lived with his wife María Jesús Rivera, the Arequipenian jurist José Luis Bustamante y Rivero, right on the corner of Sucre Street. It is a magnificent construction with wooden and iron balconies facing the street. In the third block, it is not accidental that they find tanneries to this day. Its proximity to the tanneries of Arturo Ibáñez and Pedro P. Díaz made the sale of leather goods flourish.
SOURCE:
Mario Rommel Arce Espinoza. Streets, Squares and Bridges of Arequipa. Arequipa, 2012.
CALLE MERCADERES
Hasta 1870 cada cuadra tenía su nombre, como afirma Juan Guillermo Carpio Muñoz. En el caso de la calle Mercaderes, la primera cuadra tuvo ese nombre, la segunda se llamó de Begonia, la tercera de Bellota y la cuarta de Moquegua. Después de 1870 el nombre de la calle fue Mercaderas. Y a partir de 1888, se llamó Arequipa. Hasta que nuevamente recuperó su nombre de 1870. En la primera cuadra estuvo ubicado el comercio de la ciudad a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, pero también hubo casas de familia. En una de ellas vivió el bisabuelo del laureado escritor arequipeño Mario Vargas Llosa. Se trató del abogado, poeta y escritor Belisario Llosa y Rivero (1857 – 1900), quien fue autor de la primera novela que se publicó en la ciudad con el título de “Sor María”, que vio la luz primero por entregas entre 1882 y 1883, y después en 1886, luego de ganar una mención honrosa en el concurso literario convocado por el Ateneo de Lima. En la primera cuadra de la calle Mercaderes quedó el estudio fotográfico de Max T. Vargas, maestro del reconocido fotógrafo cusqueño Martín Chambi, como él mismo lo reconoció en una entrevista. En 1912, Max T. Vargas hizo una exposición fotográfica que fue premiada en París. Asimismo, en la tercera cuadra vivió la familia Rivero, que en mayo de 1825 alojó en su casa al Libertador Simón Bolívar. Antiguamente la cuadra se llamó Bellota, en recuerdo a un clérigo que vivió en ese lugar. Igualmente, en la calle Mercaderes se aprecia el Teatro Municipal que fue construido con motivo del cuarto centenario de fundación española de Arequipa, en 1940.
FUENTE:
Arce Espinoza,
Mario Rommel (2012) Calles, plazas y puentes de Arequipa. Arequipa: Editorial Andrus.
(English)
Until 1870, each block had its name, as Juan Guillermo Carpio Muñoz affirmed. In the case of Calle Mercaderes, the first block had that name, the second was called Begonia, the third was Bellota and the fourth was Moquegua. After 1870 the name of the street was Mercaderes. And from 1888, it was called Arequipa. Until it again recovered its name from 1870. In the first block was located the commerce of the city in the late nineteenth and early twentieth century, but there were also family homes. In one of them lived the great-grandfather of the award-winning writer Arequipa Mario Vargas Llosa. It was the lawyer, poet and writer Belisario Llosa y Rivero (1857 - 1900), who was the author of the first novel that was published in the city with the title of "Sister María", which was first published by installments between 1882 and 1883, and then in 1886, after winning an honorable mention in the literary contest organized by the Ateneo de Lima. In the first block of Mercaderes Street was the photographic studio of Max T. Vargas, teacher of the renowned Cusco photographer Martín Chambi, as he himself acknowledged in an interview. In 1912, Max T. Vargas made a photographic exhibition that was awarded in Paris. Also, in the third block lived the Rivero family, who in May 1825 lodged in his house the Liberator Simón Bolívar. Formerly the block was called Acorn, in memory of a cleric who lived in that place. Likewise, in Calle Mercaderes, you can see the Municipal Theater that was built on the occasion of the fourth centenary of the Spanish foundation of Arequipa, in 1940.
SOURCE:
Mario Rommel Arce Espinoza. Streets, Squares and Bridges of Arequipa. Arequipa, 2012.
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