Esta casona ubicada actualmente en la
calle Melgar 109 y que tuvo por denominación la “calle o pasaje de los
Mendiburos” a comienzo del siglo XX y posteriormente, “calle Santa Teresa, con
Nro. 30”, es de estilo barroco tardío y arquitectura de tipo civil doméstica,
tiene la condición de patrimonio cultural de la nación por Resolución Jefatural
348 del 8 de marzo de 1991.
Fue propiedad de la familia Mendiburu,
los que vendieron de manera parcial en una primera compra la parte de María
Manuel Mendiburu, de Jesús Solar y Simón Gregorio Paredes ante el notario
Isidoro Cárdenas el 09 de Junio de 1853 y la segunda compra, a Josefa Narcisa
Mendiburu por escritura de 10 de julio de 1858, ante el mismo escribano a favor
de José Narciso Campos y que luego en herencia su esposa María Campos e hija
vendió a Armando de la Fuente y Errea (que fuera prefecto, alcalde de 1881
-1882, periodista, diputado por la provincia de La Unión como senador por
Tarapacá y director de la Beneficencia de 1871-1873) para ser adquirida por el
valor de S/. 12 000 posteriormente por Ladislao de la Jara Albizuri
(comerciante, fundador del Banco de Arequipa y efímeramente se convirtió en
Ministro de Hacienda, del gobierno de Lizardo Montero, cuando se estableció en
la ciudad de Arequipa) y su esposa Lucrecia Angulo ante el notario Abel Campos
el 09 de setiembre de 1882.
Posteriormente en herencia paso a ser propiedad
de sus hijos Gustavo, Elvira y María de la Jara en 1912, para tener una
partición de bienes entre hermanos, luego de varias sucesiones y adquisidores,
entre sus descendientes el señor José María Soto de la Jara, Cristina Ramos de
Soto, Alberto Soto de la Jara, Rosa Polar Ugarteche de Soto, Mercedes Belaunde
de Soto, Ignacio Joaquín, Ana María Paulina, María Dolores Josefina y Elvira
Carmen Luisa Juana Soto Llosa quienes vendieron la casona al Instituto Cultural
Peruano Norteamericano de Arequipa, un 21 de setiembre de 1973.
En su aspecto físico se puede decir
“presenta una largar fachada de sillar, con una portada de doble dintel y
ventana en su parte alta. A los lados tiene cuatro ventanas de reja, con base
en forma de copa y rematadas arriba con un sombrero neoclásico. De la cornisa
surgen algunas gárgolas cilíndricas. El patio, empedrado y sin pila, da acceso
a los salones. Estos presentan puertas y ventanas enmarcadas en falsas
pilastras dóricas que sostienen dobles frisos con monograma de Cristo”.
LOCAL DEL CENTRO CULTURAL PERUANO NORTEAMERICANO (*)
(…) Se hacía necesario un nuevo local,
que permitiese la construcción de ambientes debidamente diseñados y
acondicionados para la enseñanza del inglés y luego de la carrera de
secretariado. Por lo que, con el apoyo de la Embajada se hicieron continuas
gestiones para su adquisición y luego de una fallida compra de un inmueble en
la calle Rivero se pudo conseguir la actual sede.
Desde 1958, se contemplaba esta
posibilidad, desechándose algunos ofrecimientos, ante la decisión de conseguir
un local céntrico y amplio.
Fue en 1973, en que se produjo la tan ansiada
adquisición del local propio donde realizar sus actividades. Ubicado en la
calle Melgar N° 109, fue propiedad, antes de 1853, de las hermanas María
Manuela y Josefa Narcisa Mendiburu, razón por la que esa vía pública entonces
se llamaba “de las Mendiburu” y luego “Santa Teresa”.
Pasó por manos de varios propietarios hasta que don
José María y don Alberto y los herederos de don Ernesto Soto de la Jara
vendieron la casa al entonces Instituto Cultural Peruano Norteamericano. Data
del siglo XIX y es una típica casona colonial arequipeña construida en sillar
con arcos semi-circulares, techos de bóveda y patios solariegos que le dan un
ambiente muy acogedor. Su construcción se
caracteriza por sus sólidos y anchos muros hechos a la manera de cajón, dando
la robustez y monumentalidad a las construcciones de este tiempo.
En el patio principal, las ventanas y
puerta de una de las portadas que da acceso a una de las galerías de arte,
contienen los monogramas de María, Jesús y José. Las pilastras de las ventanas
cuentan con capiteles de estilo jónico y las de las puertas de acceso son
lineales y sencillas y otra de estilo jónico.
Cuando en 1976 se produjo la inauguración de la
casona, en la editorial del diario El Pueblo se afirmaba: “... inauguró ayer
las obras de restauración de una hermosa casona arequipeña que ha adquirido,
para ampliar sus instalaciones e intensificar su labor, acorde con las
crecientes necesidades, en la atención de las tareas de enseñanza de inglés,
preparación de secretarias bilingües y programas de intercambio cultural y
cooperación peruano norteamericano en aspectos científicos, tecnológicos y
artísticos. Esta importante obra, se refleja cabalmente en el prestigio y
acogida que ha ganado esta institución formada por un grupo de arequipeños y de
norteamericanos, que ha surgido bajo el signo de la amistad y de la
cooperación”.
En dicha ceremonia estuvo presente el
Embajador señor John Dean y las principales autoridades de la ciudad;
monseñor Lorenzo Unfried, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis, bendijo
las obras y el Coro Polifónico de la Municipalidad entonó los himnos de Perú y
EE.UU.
El grupo que suscribió la primera acta y que sirve
como antecedente a nuestra institución estuvo formado por: Jack Dwyre, Jaime
Terranzas [sic], Hugo Hidalgo Ocharán, Alberto Parodi, Hugo Cárdenas, Simón
Izquierdo, Justo Morales y Edilberto Zegarra Ballón Avalos.
Para la construcción del primer
edificio, en lo que fuera la huerta de la casona, se formó una comisión,
integrada por Arturo Uría, Carlos Cánepa, el ingeniero Eduardo Bedoya Forga y
el arquitecto Gonzalo Olivares. Los trabajos de construcción empezaron en abril
de 1977.
En 1978, se comunica en la sesión de la
Junta Directiva, sobre el fallecimiento del Sr. Max Landa, quien fuera uno de
los primeros socios y fundadores del Cultural. Además en el programa
radial “La voz de los Estados Unidos de América”, se apoyó y promocionó las
relaciones con el país del norte.
El 26 de abril de 1979 se inauguró el
nuevo edificio, que en ese momento tenía dos pisos, y el teatro- auditorio,
posteriormente se continuaría con la construcción del tercero y cuarto pisos,
en dichas aulas se instalarían laboratorios para la enseñanza del inglés. En
1984 se compró el terreno posterior al local de Melgar, perteneciente a la Sra.
María Ballón, este serviría para la construcción de un nuevo edifico, ya que
cada nuevo ciclo iba aumentado la cantidad del alumnado. Dicho edificio fue
inaugurado en 1985.
(*)
Eusebio Quiroz Paz Soldán, Álvaro Espinoza De La Borda, Fernando Calderón
Valenzuela, “Acercando Pueblos y Culturas. El Centro Cultural Peruano
Norteamericano de Arequipa”, Arequipa, 2004
Cuidadosamente restaurada en 2019, ha
sido acondicionada para albergar dos Galerías de Arte, una Biblioteca y un año
después se ha habilitado un espacio de cafetería para los usuarios y público
interno que visiten sus instalaciones.
Este 2020, son ya 66 años que el Cultural
viene desarrollando una importante promoción y difusión cultural, tanto de las
artes plásticas, como de las artes escénicas, a través de muestras de grabado,
pintura, escultura, fotografía, etc. y conciertos de música clásica,
contemporánea, jazz, pop, música criolla, latinoamericana, entre otras, además
de presentaciones de obras teatrales y espectáculos de danza, poniendo especial
énfasis en la difusión de la cultura peruana y norteamericana, sin dejar
de lado las costumbres y tradiciones de nuestra ciudad.