LA CASA DE LA CULTURA -
UCSM
EN LA ARQUITECTURA AREQUIPEÑA
La casona arequipeña ubicada en el solar
de la calle La Merced 110, es una de las
más representativas y hermosas de las que se edificaron en la ciudad de
Arequipa en el periodo colonial, comparable con las casas solariegas que
ostentan el calificativo de “palacios”.
Levantada
en el siglo XVII en un amplio solar
de la calle más importante de entonces; la fachada de amplios y elevados muros,
con hermosa portada principal y bellas ventanas; altos zaguanes, amplios
patios, espaciosos ambientes y enorme huerta al fondo. Veamos sucintamente su
historia.
Fue
iniciada por el Capitán Juan de Arango y su esposa Margarita Espinoza de los
Monteros, a fines del siglo XVII.
La
fachada de la casa, de acuerdo con la investigación histórica, se puede afirmar
que fue construída en un segundo periodo constructivo, que puede ubicarse
alrededor de 1740, con su puerta central adintelada, el zaguán y las ventanas
que miran hacia la calle; el propietario Gómez Trigoso, contribuyó a definir
mejor las características del inmueble, distribuyendo las habitaciones conforme
la costumbre arequipeña del siglo XVIII.
Históricamente,
entre 1740 y 1759 Jerónimo Gómez definió la construcción de los techos de
bóveda, la fachada, los ambientes del primer patio y una recámara en el
segundo; lo que a su vez marca un segundo momento en la construcción de la
casa.
En
agosto de 1759, la casa fue adquirida por el Maestre de Campo Domingo de
Bustamante y Benavides; en 14 mil pesos. Él daría la fisonomía completa a esta
casona, pues en importante documentación, fechada en septiembre de 1797 se
señala que este propietario había comprado la casa en estado incompleto.
Bustamante hizo construir seis habitaciones de sillar en el segundo patio, colocó
hermosas rejas de hierro forjado en las ventanas de la fachada y en las del
primer patio.
En
resumen, podemos concluir que la antigüedad y prestancia de la construcción de
la Casa de la Cultura - UCSM, data de fines del siglo XVII e inicios del siglo XVIII,
si bien concluyó entre 1759 y 1797.
Los
materiales empleados fueron el sillar, unido con mortero de cal y arena. El
edificio es de una sola planta, y dos zaguanes, uno principal y otro accesorio,
facilitan el ingreso hacia ambos patios; los muros son anchos y construidos con
la técnica de cajón, lo que explica su espesor; los techos son de bóveda del
tipo cañón o cilíndrica, pero a pesar de ello tiene la casa una escalera
principal construida con sillar que da acceso a estos techos, los que conforman
una especie de terraza; las puertas y ventanas son de madera labrada, en las
segundas hubo rejas de hierro forjado.
La
fachada de esta casona presenta características propias de la arquitectura
arequipeña: entre ellas su hermosa austeridad, conseguida con un muro blanco,
liso y elevado, para ocultar la altura de las bóvedas; en él las aberturas de
las puertas y ventanas están distribuidas con sentido geométrico y preservando
las distancias tanto con el desnivel de la calle como con la altura de la fachada,
lo que hace necesario el adornamiento de la parte superior de la ventana, ya
que ésta es más bien baja, para no debilitar el muro que debe sostener los
empujes de las pesadas bóvedas.
El
acceso a la casa, a partir de la portada principal, es un pasadizo o zaguán,
cuyo techo es una bóveda cilíndrica, que termina en un arco que presenta el
acceso al primer patio. Generalmente en las casas de mucha presencia, a la
altura de este arco de medio-punto se coloca una puerta o reja de hierro
forjado, que facilitaba tener abierta durante el día la puerta principal de
manera que se podía apreciar todo el esplendor luminoso del primer patio,
observándolo desde la calle a través de esta reja.
El
patio principal presenta la forma de un cuadrado geométrico circundado por una
vereda de sillar, que la diferencia del patio propiamente dicho. A su alrededor
la concepción arquitectónica, al igual que en la fachada, es de muros lisos y
elevados sobre los cuales se abren puertas y ventanas. La idea es que estos
muros representan fachadas internas, una cornisa en la parte superior y las
gárgolas circulares que facilitan el drenaje de los techos: Entrando a la casa
desde la calle, los grandes muros a la derecha y a la izquierda tienen iguales
dimensiones y las mismas proporciones: al centro una ventana y dos puertas
laterales adinteladas entre pilastras con doble cornisa. Estos adornos tienen
por finalidad el disimular la desproporción entre la altura del muro y la
pequeñez de esta abertura.
Frente
al zaguán, con el patio de por medio, el elevado muro remata en un
escalonamiento que es característico de la arquitectura arequipeña. Este muro
tiene solo una puerta y una ventana, adinteladas y con doble cornisa, entre
ellas aparece un adorno donde se hallan los monogramas de Jesús y Joseph.
Las
habitaciones de este primer patio, derecha a izquierda, son, capilla, en cuyo
interior encontramos una hornacina, que estuvo ornamentada con pintura mural.
Arquitectónicamente el espacio que continúa comprendió dos habitaciones,
separadas por tabiques de sillar y comunicadas por puertas interiores. Los
muros de estas habitaciones terminan en una cornisa, en la que parece apoyarse
la bóveda cilíndrica; en cada una de ellas se observan linternas circulares
anilladas. Este conjunto tiene acceso al primer patio, por una ventana y dos
puertas laterales. A la izquierda del patio principal, entrando por el pasadizo
desde la calle, se ha construido una habitación de dimensiones iguales a las de
la capilla, con dos ventanas a la calle.
Es
importante anotar que en el diseño esencial de la casona Arequipa las
proporciones geométricas son regulares, de modo que la fachada alberga un
zaguán al centro y dos habitaciones, en sentido horizontal a los costados;
cualquier modificación en esta planta es posterior a la construcción original, y esto ha
sucedido con tal habitación, convertida en dos mediante un tabique y
construyéndose un techo de bóveda paralelo al del zaguán, aunque debe anotarse
que tal construcción es antigua por su cornisa y su linterna.
En
el lado izquierdo del patio hubo otro gran espacio que comprendía varias
habitaciones separadas entre sí mediante tabique y comunicadas por puertas. El
muro hacia el patio, igual que el del frente, tiene ventana central y dos
puertas laterales; los techos son de bóveda cilíndrica con sus correspondientes
linternas. Tenemos la convicción que tales bóvedas fueron construidas a partir
de 1740 por el segundo propietario Gómez Trigoso, quién adquirió a los
herederos del Capitán Juan de Arango una casa no terminada con techos de madera
y teja.
Al
segundo patio se tiene acceso a través de un pasadizo secundario ubicado entre
el muro izquierdo del patio y el contrafuerte ya descrito, y de dimensiones
menores que el zaguán principal. En el segundo patio aparece un detalle típico
de la arquitectura Arequipa: un cenador, con su danza de arcos y pilastras
octogonales terminadas en cornisas, de donde arrancan las arcadas de medio
punto que descansan sobre los muros laterales en las mitades de dos pilastras,
una a cada lado. El techo es bóveda. Una puerta adintelada permite la
comunicación entre el comedor principal y este cenador, cuyas funciones
corresponden al de un espacio fresco y cubierto para temperar los rigores del
calor.
En
el segundo patio, hacia el lado derecho se ubica un espacio con dos
habitaciones separadas por un tabique; en la actualidad, es una sola,
diferenciada por un arco fajón. En el fondo de esta habitación hay una
hornacina y una alacena; tiene techo de bóveda con linternas y cornisas que
corre a lo largo de los muros.
Las
afirmaciones que planteamos están apoyadas documentalmente en una investigación
histórica sobre fuente documental, hecha con minuciosidad y rigor, cuyas
conclusiones permiten sostener con un fundamento serio cuáles son los valores
reales que encierra esta arquitectura; lo que nos permite afirmar que la casona
que ocupa en la actualidad la Casa de la Cultura – UCSM, es un monumento
histórico que forma parte indesligable del Patrimonio Monumental y Cultural de
Arequipa, del Perú y de la Humanidad.