La Merced, Nro. 408

 

Este inmueble está ubicado en la calle La Merced, Nro. 408 (antigua "calle de la Trinidad" o "de Monteaguado"), es parte del centro histórico de Arequipa; por el estilo arquitectónico la construcción corresponde al siglo XIX. Tiene la condición de patrimonio cultural de la nación por la Resolución Jefatural 348 del 8 de marzo de 1991 y publicada el 18 de marzo de 1991.

Su fachada, como señalan el Arq. William Palomino y el Arq. Julio Aspilcueta, es de tipo neoclásico, porque la fachada presenta 4 pilastras, un entablamento en la parte superior y consta a su vez de dos ventanas que son de hierro fundido apoyadas en el zócalo que sube desde la parte inferior de la fachada. Respecto a sus detalles neorrenacentistas, su puerta de madera de caoba tiene una clave encima y un listel en los bordes. La denominación sobre la puerta (1°04) da referencias de una posible fecha de un anagrama. Algo que se debe señalar es el segundo nivel del inmueble. Este preserva la estética del edificio, manteniendo la apariencia como arquitectura antigua, además de tener lámparas en los dos niveles con un total de 6 lámparas.

La calle La Merced se ubica en el denominado Casco Urbano, por la persistencia en el tiempo de los límites de la traza primigenia hasta el siglo XX, en el distrito del Cercado de Arequipa. La calle de La Merced está ubicada al sur-oeste en relación a la Plaza de Armas de Arequipa. Durante el S. XX, el inmueble fue una "casa habitación", siendo una denominada finca; para 1905 tiene una extensión de 670 m 65 dm2, con un valor de 4,500.20 soles de acuerdo a la tasación del agrimensor Dr. Eleodoro M. del Prado. El inmueble consta de un patio, con una fuente en el centro, con un pasillo en cruz con acabados en arco, con balcones y ventanas interiores. Su primitivo dueño fue María Paravisimo de Martínez, quien heredó la finca a sus hijas Enriqueta y María Manuela Martínez. Acreditado por testigos Eusebio Carbajal y Martina Valencia Peralta y producido junto a un actuario y un juez de paz el comisionado Luis A. Arrisueño. Tras el fallecimiento de Enriqueta, el inmueble fue heredado según testamento otorgado ante el escribano público Higino Talavera por Fortunata Casapia en 1876. Más adelante, en 1890, por escritura otorgada ante el Notario Público, el Dr. Gil Echave y su esposa compraron "EL HABER" de Fortunata Casapia por otra escritura otorgada ante el escribano público Dr. Sebastián Calderón el mismo año. De igual manera, la pareja compró "el haber" de María Manuela Martínez. Doña Gregoria Llerena adquiere el dominio de la finca. "En virtud de un precio que Gregoria Llerena como cesionaria de Fortunata Casapia siguió contra el citado doctor Chávez sobre la recesión de la venta antes mencionada, Llerena recuperó media casa y la otra media casa la adquirió por venta de oficio que hizo con el juez de primera instancia Dr. Julián Rodríguez en contumacia del citado Dr. Chávez ante el mencionado notario Dr. Sebastián con fecha en el último.

Siendo propietaria, Gregoria Llerena hereda la finca a sus hijos Don Pero Mariano Garate de la Fuente del Callao, Don Víctor Enrique y doña Estela A. Llerena, vecinos de la ciudad, según testamento otorgado ante el Notario Público Dr. J. Sebastián Calderón en 1906. Para 1915, la parte correspondiente a Pedro Mariano Garate pasa a ser de la propiedad de su hermano, el Dr. Víctor E. Llerena, quien lo compró al precio de 1,000 soles al contado, por medio de la escritura otorgada ante el Notario de Lima D. Juan Ignacio Bernizon. Aurelia Rojas de Llerena compra dos partes de la finca, pertenecientes a Estela Llerena y del Dr. Víctor Llerena. Respecto a la parte de Estela Llerena, siendo la tercera parte de la finca, pagó por ella 3.073.86 soles, 2,000 en dinero y el resto en compensaciones de pago. En 15 "de los corrientes" de 1920, Doña Evarista Cervantes, viuda de Valencia Cornejo, una agricultora y domiciliaria en Sachaca, adquiere el dominio de la finca comprándolo a los dueños Víctor Llerena y su esposa Aurelia Rojas en el precio de 16, 500 soles al contado. Esta finca pasa a ser de la propiedad de la señora María Jesús Valencia como hija legítima de la señora Evarista Cervantes y de Los nietos Rosa María Estela ,José María Alfredo, Francisco Pablo ,Elena Josefina Genoveva ,Zoila Aurora Eugenia y Manuel antero Valencia Paz hijos de su hijo Manuel antero Valencia y de su nieta Yolanda Francisca Valencia Velázquez hijas de su otro hijo Francisco Valencia según testamento cerrado otorgado por la mencionada Evarista Cervantes viuda de Valencia con fecha 1924 el cual fue declarado como última voluntad de la testadora Hacia el S.XX según el padrón de agua con el que contaba en 1936, además menciona a los propietarios los ya mencionados nietos por un valor de 37 553.70 soles en el laudo de las particiones de los bienes fincados por el fallecimiento de la Sra. Evarista Cervantes. Los nietos José María Alfredo y Francisco Valencia Paz adquieren la propiedad exclusiva de la finca considerada con un valor de 37, 073 soles. "Se ha adjudicado al primero un valor de 23 787.99 soles y al segundo se le ha adjudicado un valor de 13 283, 41 soles según laudo de particiones de los bienes fincados al fallecimiento de Manuel Antero Valencia Cervantes y de los bienes heredados al fallecimiento de Evarista Cervantes Vda. de Valencia en 1939". A principios de agosto de 1963, la finca pasa a ser propiedad de los cónyuges Ricardo Cordova Bedoya, contador público y Teresa Mercado de Cordova, vecinos de la ciudad. La compra fue hecha a Francisco y Alfredo Valencia Paz en el precio de 350 mil soles. Actualmente es propiedad de Ruso Fernando Chaves Torres, como bien propio con la totalidad de los derechos de copropiedad que correspondían a Alberto Chaves Torres. En la actualidad funciona un hotel boutique Magestad, con más de 19 años de trayectoria como un hotel de 3 estrellas.