El barrio más
tradicional de Arequipa es, sin duda, San Lázaro. Allí se apostaron los
primeros españoles antes de 1540, de ahí la idea equivocada que en ese lugar se
fundó Arequipa. Al descubrimiento siguió la conquista y con ella la
guerra civil entre los conquistadores, en su lucha por el poder. En efecto, la
guerra entre Pizarro y Almagro, por la disputa del Cusco, terminó el 6 de abril
de 1538, festividad de San Lázaro, con la muerte de Almagro en Las
Salinas. Esta fue la causa de que algunos soldados pizarristas llegaran
al valle de Arequipa en 1539 y se establecieran en el asentamiento de los
indios Yarabayas de origen puquina. Allí levantaron la primera ermita a la que
bautizaron con el nombre de San Lázaro en homenaje a la batalla de
Salinas. Es decir, que antes de la fundación española de Arequipa, en
agosto de 1540, ya había presencia de varios españoles en el valle del Chili.
Aquí también se preparó la expedición dirigida por Pedro de Valdivia para
conquistar Chile, habiendo sido los naturales del asentamiento denominado “San
Lázaro” los que prestaron sus servicios como guías y cargueros. En San
Lázaro, entonces, fue el lugar donde se establecieron los primeros españoles
que llegaron al valle de Arequipa en 1539. El hoy barrio de San Lázaro
muestra antiguas construcciones de sillar, sus pasajes son una invitación a la
imaginación y fantasía, sus estrechas calles adornadas con pintorescos y coloridos
maseteros conservan el encanto de la arquitectura colonial y republicana de
Arequipa. El entorno comprende también un pequeño templo y su plaza de Campo
Redondo, en referencia a Pedro Anzures de Campo Redondo, jefe de la expedición
fracasada contra los chunchos en la zona del altiplano. En San Lázaro
nació Benigno Ballón Farfán. Fue el músico más popular que tuvo Arequipa, y
como pocos supo interpretar el alma de su pueblo. San Lázaro es un lugar
turístico, por la belleza de su conjunto arquitectónico. Solo el caminar por
sus calles ya es una experiencia inolvidable. Se puede sentir la emoción de
otros tiempos, el entusiasmo que provoca el pasado lleno de evocaciones y
recuerdos, como si el tiempo se hubiera detenido para recordarnos los orígenes
de la presencia española en Arequipa.
FUENTE:
Mario Rommel
Arce Espinoza. Calles, Plazas y Puentes de Arequipa. Arequipa, 2012.