Este inmueble
ubicado en la calle Villalba 310 (antigua calle del golpe de agua
por la presencia de la acequia de San Jerónimo o por breve tiempo como la calle
Miller), actual sede del Instituto San José Oriol, se encuentra en el centro
histórico de Arequipa y el damero fundacional (ST - 01), es de estilo
arquitectónico de fachada barroco tardío – Villalba 310. Tiene la condición
este inmueble de patrimonio cultural de la nación, conjuntamente con el predio
de Zela 404 por R.M. 2900-72-ED del 28/12/1972 y publicado 23/01/1973.
Consta de dos
niveles y de dos patios, con bóvedas que se ingresa por un zaguán con una
puerta con quicio y es piso con loza, la puerta descentrada que solo se percibe
al ingresar. La fachada tiene ornamentos barrocos, hay chorreras y un gran
dintel
El 25 de agosto de 1871, por testamento
del notario José María Tejada heredo este inmueble Dolores Cornejo de Cornejo
“mayor de edad, ocupada en las atenciones de la casa” casada de Gregorio
Cornejo, domicilia en la calle Miller Nro. 48, actual tercera cuadra de
Villalba. En 2 de setiembre de 1895, fue hipotecado este inmueble.
En la ficha registral del
inmueble de Zela 404 esquina de Villalba
312 en los “títulos de domino” señala fue de Eduardo Adrián quien dejo
testamento ante el notario Víctor José M. Tejada, el 27 de mayo de 1885,
dejando sus bienes a sus herederos “María Valentina, Ezequiel, María Carmen,
Pedro José y Prudencio Vidal Adrián[1],
por haber fallecido este último, su haber lo heredo su hija doña María Norverta
Mercedes, según declaración intestada hecha por el juez de 1era instancia de
Puno (…) de 29. 11. 1890” en sus linderos por el pie la casa señala como “la
casa de los herederos de Hilario Cornejo” por tasación del 11 de abril de 1893
por los agrimensores Julián Meneses Salas, J. Clodomiro Cornejo y José B.
Toranzo. Nuevamente lo hipotecan este inmueble el 10 de marzo
de 1897, el 26 de marzo de 1898 y 25 de octubre de 1899.
El 17 de enero de 1909, por memoria
testamentaria el inmueble paso a propiedad de María Jesús, Victoria Cristina
Manuela, Bernarda Carmen Filomena y José Angélica Cornejo, que no llego a
protocolizar y que por auto del 12 de enero de 1925 de un juez que determino
“que fue declarada como última voluntad de la testadora y mandada archivarse en
la notaria de turno”. La partición de bienes fue resuelto el juez Jesús
Rodríguez por decreto del 4 de octubre de 1955, permitiendo un laudo de
particiones de bienes.
Para el 27 de abril de 1936 en el padrón
de alumbrado, baja policía y agua potable publicado en El Deber, el inmueble de
Villalba 310 figura como “casa habitada” por Victoria Cornejo v. de Núñez.
Se adjudicó la propiedad de modo
exclusiva a favor y en partes iguales a Victoria Cornejo de Núñez casada con
Antonio Núñez y Carmen Cornejo, en soltera, pero según un laudo de partición de
bienes al fallecimiento de Dolores Cornejo Cornejo en juicio y sentencia
aprobatoria (24 de abril del 1925) y que fue confirmada por la corte superior
de justicia con fecha 05 de agosto de 1929 y aprobada en auto del 9 de mayo de
1941, por juez de primera instancia Dr. García Ureta, confirmado por autos de
vista del 7 de setiembre de 1941 y también confirmada por la corte superior,
por vista del 31 de julio de 1941, ratificado por vista del 31 de julio de
1942. Pero sin protocolizarse el laudo porque nos habían partido los bienes de
Dolores Cornejo de Cornejo, hasta que resolvió por decreto el juez del 4 de
octubre de 1955, por intervención del actuario “F. de donde aparece que dicho
juez ordena que no se debe protocolizarse dicho expediente por todavía en
trámite”, como lo asienta el 16 de mayo de 1960. Registra otra hipoteca el 11
de febrero de 1944.
Los derechos de este inmueble de Carmen
Cornejo Cornejo pasaron a propiedad de Antonio Núñez Cornejo y su esposa
Victoria Cornejo Cornejo de Núñez, por adjudicación de un juez de primera
instancia Dr. Enrique Alejandro Ballón Valdivia, pero en rebeldía de Carmen
Cornejo por el valor S/. 9 288.00 por escritura del 27 de octubre de 1944, ante
el notario J. Guillermo Mayca, registrándose el 7 de abril de 1982.
En merito a una sentencia de 22 de julio
de 1982, la parte correspondiente de Antonio Núñez Cornejo pasaron a propiedad
de sus hijos 4 (José Manuel Alfredo Lucio Rosendo, Jorge Renee, Jesús Bernardo
Antonio y Ana Mary Yolanda Núñez Cornejo) y Victoria Cristina Cornejo Olazabal
Viuda de Núñez, registrándose esto 3 de mayo de 1983. A la muerte y testamento
de escritura de Victoria Cristina Cornejo Olazabal Viuda de Núñez heredaron sus
cuatro hijos, ante el notario Cesar A. Fernández Dávila del 14 de setiembre de
1981.
Finalmente, este inmueble lo adquieren
el dominio Manuel Roberto Valderrama Valderrama y Yolanda Ermelinda Lozada
Stambury a los anteriores propietarios ante el notario Carlos E. Gómez de la
Torre, por un valor Intis 120 000.00, registrándose el 13 de agosto de
1986.
[1]
Figura como fiscal de la corte superior de Puno en la Memoria del Ministerio de
Justicia y Culto de 1878 y profesor como vice rector (1863) de San Carlos en
Puno de la materia de “historia eclesiástica, santas y dogma” (1869).
[2]
“Oriol Buguñá,
José. San José Oriol. Barcelona, 23.XI.1650 – 23.III.1702. Sacerdote y
santo. Era hijo de un terciopelero, Juan Oriol, que pronto lo dejó huérfano, y
de Gertrudis Buguñá. Su trabajo como monaguillo y su piedad le granjearon las
simpatías de los sacerdotes de Santa María del Mar, quienes le auxiliaron para
que pudiera acceder a los estudios; se graduó como bachiller en Teología en
1673 y en 1664 se inscribió en la Universidad de Barcelona, donde se doctoró en
1677. Su vida piadosa y los milagros que se le atribuían, aun siendo
estudiante, le ganaron el apodo de el santet. Deseoso de recibir las
órdenes sagradas, se le concedió un beneficio en Gerona y, el 30 de mayo de
1676, fue consagrado sacerdote en Vic. Durante un tiempo alternó su ministerio
espiritual en la iglesia del Oratorio de San Felipe Neri con su labor como
preceptor de los hijos de la noble familia Gasneri.
Su madre, que se había casado en segundas nupcias
con Domingo Pujular, murió en 1686 y José emprendió un viaje de peregrinación a
Roma, a la que llegó a pie y pidiendo limosna, y donde vivió visitando sus
santuarios. En Roma entabló amistad con los cardenales Leonardo Colloredo y
Pier Matteo Petrucci y, por mediación de ellos, el papa Inocencio XI le otorgó
un beneficio residencial del título de San Clemente y San Lorenzo que radicaba
en la capilla de San Lorenzo en la iglesia de Santa María del Pino en
Barcelona. Tras su regreso a la Ciudad Condal siguió su labor pastoral y su
vida de penitencia, lo que, unido a su fama de taumaturgo y sanador, contribuyó
a que el pueblo le llamara Doctor Pan y Agua.
El 24 de abril de 1698 salió de nuevo con destino a
Roma al objeto de hacerse bendecir por el Papa y recibir autorización para ir a
tierra de misiones, pero, al caer enfermo en Marsella, interpretó como revelación
celestial que su misión estaba entre los enfermos y necesitados de Barcelona,
ciudad a la que regresó y en la que vivió hasta su muerte el 23 de marzo de
1702. Su fama de santidad atrajo a numerosos fieles y en su entierro se
organizó una procesión que recorrió los lugares de la del Corpus Christi; las
reliquias, que siguieron obrando curaciones milagrosas, se guardaron en la
capilla de san Lorenzo de la iglesia de Santa María del Pino y, en 1806, se
trasladaron a un altar dedicado a él en el mismo templo, donde fueron veneradas
hasta su desaparición en 1936. En 1941 el papa Pío XII devolvió a Barcelona una
reliquia del santo que el cardenal Salvatore Malasaña había regalado a Pío X en
1908, con lo que parte de sus restos recibieron otra vez veneración en la
Ciudad Condal” – Fuente: https://dbe.rah.es/biografias/13416/san-jose-oriol - Consulta 31/12/2021